La violencia es una manera, dentro de la relación, de imponer normas, formas y valores de convivencia, a través del uso de la fuerza física o psicológica para controlar y someter a una persona. En cualquier tipo de relación de convivencia, heterosexual u homosexual, aparece el problema de la violencia.
Cuando uno de los integrantes de la pareja acumula tensión, enojos y frustraciones derivados de problemas escolares, laborales, económicos, familiares de salud u otros, reacciona de manera violenta bajo cualquier pretexto. Poco a poco la violencia se convierte en una forma de vida, las personas se acostumbran a ella y la viven como si fuera algo natura, sin darse cuenta que tienen una relación donde los episodios violentos son cada vez más frecuentes e intensos.
En ocasiones, las y los jóvenes confunden la violencia en el noviazgo con “muestras de amor”, e incluso cuando el control no se presenta, se cuestiona el amor.
¿Alguna ocasión te ha sucedido algo así?; ¿Te suena familiar?:
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¡Él/ella siente celos… porque “me ama”!
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Constantemente me pregunta dónde estoy y con quién… es que “me cuida porque me ama mucho”.
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Se molesta si no salgo con él/ella, incluso a veces se enoja porque asisto con mis amigas/os a lugares que son de mi interés… es porque “quiere estar conmigo más tiempo”.
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Está en contra de las normas que me dicen en casa, incluso a veces me dice que debería desobedecer a mis padres… me ama tanto y se preocupa tanto por mi que “me defiende”.
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Me dice qué ropa usar… cuida mi forma de vestir para que nadie se aproveche de mi en la calle o me falte al respeto.